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Galdós, el narrador de España

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El 4 de enero de 1920 fallecía Benito Pérez Galdós (1843-1920), ciego y postrado. El periódico ABC le dedicó una página entera el día 9 de enero como reconocimiento tardío.

Fue en 1869, con 26 años, cuando inició sus Episodios Nacionales, para explicar con todo detalle un siglo de convulsa historia española a través de cuatro generaciones de personajes. No faltó año en el que se publicara uno o dos tomos.

Y el maestro se va. Es como si hubieran arrancado del solar patrio toda una gran urbe llena de millares de ciudadanos que nos deleitaron, nos divirtieron, nos conmovieron y nos alegraron con sus decires y pasiones (José Ortega Munilla, ABC, 9 de enero de 1920)

Los periodistas y escritores de la época, sin dejar de reconocer la valía de Galdós, se lamentaban de que los acreedores le acosaran en sus últimos años de existencia, reduciendo su intensa actividad literaria a una modesta vida, con frío, hambre y sufrimiento. Se le comparó con Honoré de Balzac, con Víctor Hugo, con Julio Verne. La enfermedad había menguado poco a poco la naturaleza robusta del escritor y sus últimos cuatro meses estuvo recluido en su cama. El doctor Marañón asistió al enfermo. Una fuerte hemorragia intestinal el día 29 de diciembre de 1919 fue la causa final de su muerte.

Durante los cuatro últimos días que precedieron al fatal desenlace, Pérez Galdós conservaba destellos de lucidez; su mano derecha acariciaba en un además característico, la atormentada frente donde surgieron las sublimes figuras que se fundirán en la historia de nuestra literatura patria (…) En esa angustia de morir, Galdós cantaba las infantiles endechas de Canarias con voz trémula. Juntas las manos como en prez, cerrados los ojos, el maestro retornaba a los días iniciales y el niño jugaba cerca del lecho del moribundo. Manera de partir adecuada a quien siempre fue inocentísimo párvulo, nacido para ser engañado, para ser víctima de los hábiles explotadores. Don Benito, después de tantas maravillosas revelaciones, no ha sido sino un inocente que atravesó la vida con una llama en el cerebro y una angustia en el corazón. (José Ortega Munilla, ABC, 9 de enero de 1920)

Benito Pérez Galdós fue pintor, novelista, articulista, escritor, político, dramaturgo, cronista, abogado y académico de la Lengua, fallecía a las tres y media de la madrugada del día 4 de enero de 1920, entre familiares y amigos. Sus Episodios Nacionales se han reeditado numerosas veces.

Ahora, en celebración de este centenario Carolina Molina le dedica su nueva novela, Los ojos de Galdós (Edhasa) donde Galdós rememora sus últimos años, su vida y sigue trabajando, ya ciego, con la ayuda de algunos jóvenes entusiastas, como será Carmela Cid.

Pobre, enfermo y casi ciego. Así vivió sus últimos años Benito Pérez Galdós, el genio que llenó de gloria la literatura de su tiempo. Pese a todo, no le faltó el cariño de sus amigos, familia y ciudadanos. Y, cuando sus ojos necesitaron ampararse en otros más jóvenes para continuar su labor literaria y, así, subsistir, ella, Carmela Cid, estará a su lado. Ella será sus ojos. Y también su voz. Junto a él recorrerá los escenarios de su vida, desde que llegara a Madrid, como estudiante de Derecho, hasta convertirse en un periodista de peso y un escritor consagrado. Y, a su vez, descubrirá el carácter benevolente y seductor de un hombre a la par inteligente y humilde del que se enamoraron muchas de las más ilustres mujeres de su tiempo, entre ellas, por ejemplo, Emilia Pardo Bazán.

Pensada por y para Galdós, con un estilo delicado y una prosa fluida, en la línea de sus novelas anteriores, Carolina Molina nos ofrece un retrato entrañable y desconocido del escritor que mejor supo reflejar la España del siglo XIX. Un relato, sin duda, inolvidable.

En el Foro del Club del Lector:

http://foro.clubdellector.edhasa.es/viewtopic.php?f=9&t=652

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