Nos encanta la Historia. Hay algunos nombres que resumen de forma muy condensada algunos de los momentos más importantes de la Civilización Europea, y que todo el mundo debiera conocer. Son los extremos de los hilos a seguir para descubrir, con insaciable curiosidad, grandes hechos y grandes personajes, tanto héroes como villanos.
Por ejemplo, estas tres tríadas de nombres, ¿os dicen algo?:
Termópilas. Salamina. Platea.
Munda. Farsalia. Actium.
Crécy. Poitiers. Angicourt.
Hoy nos vamos a detener en Salamina, la mayor batalla naval de la Antigüedad. Estamos en el mes de septiembre del año 480 a.C., y tenemos por un lado una alianza de Ciudades Griegas, y por otro, el inmenso poderío del Imperio Persa, con Jerjes, Rey de Reyes, a la cabeza de 200.000 hombres por tierra y cerca de 1000 navíos por mar. Los griegos son muchos menos: disponen de solo 378 naves de combate. Y su moral está por los suelos: acaban de sufrir la derrota de las Termópilas (sí, mucho espartano y mucha glorificación del sacrificio y de los caídos, pero fue una derrota desmoralizadora para los griegos)
¿Por qué Salamina ha sido narrada una y otra vez en estos dos mil quinientos años, por qué alienta a nuestra imaginación y asombro?
Porque se ha convertido en símbolo de la lucha de la Libertad frente a la Tiranía, de la resistencia del hombre pequeño y libre frente al gigante opresor.
Porque es símbolo también de la sempiterna representación de las diferencias entre Occidente y Oriente, dos formas diferentes de entender la vida, el mundo.
Porque es la victoria de la inteligencia y de la valentía frente a la fuerza bruta de la cantidad.
Los persas no querían la guerra, querían el sometimiento de Grecia a la servidumbre dentro de su ya enorme imperio, con múltiples satrapías y millones de súbditos. Servidumbre a cambio de paz, guerra a cambio de independencia. Salamina presenta de forma exacerbada el eterno dilema que todo político ofrece a sus oyentes cuando hay una situación de conflicto extremo: ¿quieres Libertad, o quieres Seguridad?
Los griegos eligieron la libertad por encima de cualquier otra cosa, incluso de la vida. Estaban dispuestos a todo por su independencia. Y Temístocles, general ateniense, supo convertir una batalla de aniquilación en un resonante triunfo cuyos ecos aún hoy nos maravillan.
Siguen apareciendo novelas y ensayos sobre la batalla, con sus personajes revividos. Así que te invitamos a que indagues más sobre Salamina y que esta entrada sea ese hilo de Ariadna que te incite a entrar en el laberinto. En nuestro catálogo puedes encontrar el ensayo LA BATALLA DE SALAMINA, de Barry Strauss, que no te defraudará. Y en nuestra Colección Teselas, si lo deseas, LA BATALLA DE LAS TERMÓPILAS, contada por el propio Heródoto de Halicarnaso.

https://www.edhasa.es/libros/252/la-batalla-de-salamina

https://www.edhasa.es/libros/1143/la-batalla-de-las-termopilas