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Quevedo, agente secreto al servicio de Su Majestad.

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1_ EL DESCUBRIMIENTO DE LA CONJURA

En mayo de 1618, los canales de Venecia se encuentran llenos de cadáveres. La guardia ducal detiene y se cuelga por el pie a unos extranjeros delante del palacio ducal entre gritos del populacho. El 18 de mayo, el temible Consejo de los Diez da orden de estrangular a tres Franceses: Nicolás Renault y los hermanos Dubouleaux. Dos corsarios, capitanes de la Serenísima, llamados Jacques-Pierre y Langlade, son ejecutados en alta mar por orden del Consejo. Los mercenarios que hasta ahora han estado al servicio de la ciudad huyen de la ciudad, temiendo por su vida. La guardia ducal azuza a los venecianos contra los extranjeros. Algunas casas arden en llamas.

Según algunos escritos, el secretario del virrey de Nápoles, el escritor y poeta Francisco de Quevedo y Villegas, disfrazado de mendigo, logra escapar de Venecia gracias a su perfecto conocimiento del veneciano y a su convincente aliento a vino. La armada de del Duque de Osuna está en el Adriático, amenazando a Venecia. El embajador de España, Don Alfonso de la Cueva, marqués de Bedmar, protesta delante de los senadores porque el pueblo veneciano le asedia en su casa. En cuanto al embajador de Francia, está ausente, pero eso no impide que se fuerce la entrada a su casa y se realiza una investigación a fondo.

Eso ocurría el 19 de mayo, día que será conocido como la Conjuración contra Venecia.

El día 31, una sentencia se pronuncia mientras se piden pruebas de la conjuración al representante de Venecia en Nápoles, Spinelli, pero, como en todo buen proceso político, la sentencia se pronunció antes del proceso y la ejecución ya estaba hecha. El 20 de junio de 1618, los Diez hacen quemar por el pueblo los monigotes de Osuna y Quevedo y propagan a los cuatro vientos que el complot de los malvados españoles para terminar con la República Serenísima de Venecia ha fracasado.

2_ EL COMPLOT

¿Existió el complot o fue propanga política de la República de Venecia, cuyos principales enemigos era la entente de España y el Papado de Roma?

El soldado y espadachín Diego Duque de Estrada dejó en sus memorias un relato de la Conjuración de Venecia que parece dar credibilidad a la tesis de que se trató de un plan bien madurado por parte del duque de Osuna. Duque de Estrada cuenta que el asalto estaba previsto para el día de la Ascensión, en el que las autoridades hacían una procesión por la laguna a bordo de un navío de gala, el Bucintoro, lo que despejaría el camino para los conspiradores en la ciudad. «A la hora que el Bucintoro y el Senado estuviesen en la función del desposorio del mar, los de la torre de San Marco tenían orden de tocar una campana, en cuyo punto se había de acudir a matar los guardias del Arsenal, y los artilleros asestar las piezas y echar a fondo el Bucintoro con todo el Senado de Venecia».

Según las fuentes venecianas, el origen sería un complot de las autoridades de los dominios españoles en Italia: el virrey de Nápoles (el Duque de Osuna, asistido por Francisco de Quevedo), el gobernador de Milán (Marqués de Villafranca), junto con el embajador español ante la República (Marqués de Bedmar), que habrían manipulado a un grupo de mercenarios franceses asentados en Venecia (algunos de ellos hugonotes, de religión protestante) para provocar una situación que permitiera la intervención militar de la flota española presente en el Adriático. Los franceses terminaron asesinados en los tumultos o ejecutados judicialmente. Tras el escándalo, el Senado destituyó a los representantes españoles en Venecia, que los venecianos consideraban hostiles.

3_ ¿PERO DE VERDAD PARTICIPÓ QUEVEDO EN LA CONJURA?

La propaganda azuzada desde Venecia y Francia convirtió a Quevedo en un cómplice de su amo, y en un títere necesario por su hábil dominio del veneciano y de los lugares menos recomendables de Venecia. Mordaz, borracho, orgulloso y pendenciero, se le dio la responsabilidad de ser el enlace entre el Duque de Osuna y los mercenarios hugonotes que debían cambiar de amo a cambio de oro y estar preparados para el día de la conspiración, el día de la Asunción.

Los historiadores modernos han tratado de reconstruir el itinerario de Quevedo a lo largo de 1618 y han comprobado que desde su retorno a Madrid en julio de 1617 parece que no se movió de la capital hasta su marcha a Nápoles en diciembre de 1618. De hecho, el 31 de mayo de ese año firmó un poder notarial en la capital española, lo que hace casi imposible que participara en los hechos que se produjeron en Venecia ese mismo mes.

En este caso, la ficción interesada creó esta leyenda negra, mucho más emocionante que la verdad histórica. Y por eso, quizás, Quevedo se transformó en espía hasta nuestros días.

Sobre VENECIA tenemos en nuestro catálogo dos novelas: MUERTE EN VENECIA, de Thomas Mann, un clásico; y una novela de intriga veneciana, EL VENECIANO, de Blas Malo

https://www.edhasa.es/libros/164/la-muerte-en-venecia-y-mario-y-el-mago

https://www.edhasa.es/libros/1134/el-veneciano

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